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jueves, 30 de junio de 2011

EL NIÑO INTERIOR.-



Por Maria Elena Syro P

EL NIÑO INTERIOR
Tenemos que aprender a cambiar el trabajo por el juego, ya que cuando trabajamos, muchas veces nos forzamos. Forzarse en cualquier situación implica sufrir, y por lo general uno termina bloqueando el camino de la abundancia. Si confiamos en los Ángeles y permitimos que la mayor parte de nuestro trabajo se lleve a cabo en el reino invisible del cielo, obtendremos más que lo necesario. La disposición a liberar la lucha hará que seamos más creativos en todo lo que emprendamos. Los Ángeles nos ayudan a atraer a nuestra vida situaciones que nos permiten ser mejores personas.
Recibimos alegría directamente de los Ángeles. Si nos sentimos alegres, sentimos a los Ángeles. No hay separación alguna. La alegría y el regocijo son invenciones angélicas que apuntan a darnos a los seres humanos un respiro de lo mundano. La alegría y el regocijo son como la felicidad verdadera; no podemos pagar para obtenerlos ni dedicarnos a buscarlos. Sólo podemos hacernos más receptivos para recibir los dones de la alegría y el regocijo, manteniendo la mente abierta y flexible; en otras palabras, actuando con espontaneidad, como los niños.
La vida es un proceso por el que tomamos conciencia de quiénes somos realmente, y los Ángeles nos conocen bien. Ellos nos tienen en una proyección del Yo Superior y de nuestras mejores intenciones / dones en la vida. Ellos quieren conectarnos con nuestro origen divino, y quieren danzar y jugar con nuestra conciencia, para aliviarnos el peso y hacernos felices. Cuando encontremos el juego de nuestra vida con la ayuda de los Ángeles seremos felices sin motivo, aquí y ahora. A su vez, esto atraerá hacia nosotros toda clase de acontecimientos alegres, regocijantes y maravillosos.
Resulta más fácil cambiar el concepto de trabajo cuando volvemos a introducirnos hacia nuestro propio niño. El niño interior es el Yo Superior, nuestra propia esencia pura y no adulterada. El espíritu humano es infantil y alegre. Pero es también muy vulnerable. Necesita protección bajo la forma de amor para crecer y fortalecerse de manera positiva. Muchos espíritus humanos fueron quebrados y reprimidos durante la infancia y la adolescencia. Quizás necesitemos ir hacia nuestro interior y hacer renacer al niño que llevamos dentro para poder reintegrar la alegría y el amor al espíritu humano.
Vamos a visualizar un niño feliz. Lo primero que se me ocurre es alegría, una de las invenciones angélicas específicamente pensada para los seres humanos. Los niños transmiten la alegría con facilidad – sin esfuerzo – por el solo hecho de ser ellos mismos en ese momento. En una época fuimos transmisores de alegría pura, lo que significa que estábamos plenamente integrados con los Ángeles.
Podemos integrarnos plenamente con ellos una vez más si permitimos que la alegría fluya con libertad en nuestra vida. Esto vuelve a llevarnos hacia el “juego”, el juego divino de la creación. Jugar es el acto fundamental para vivir el momento. Olvidemos el trabajo; borremos esa palabra del vocabulario y reemplacémosla por juego. No será fácil, pero valdrá la pena.
Uno de los temas básicos de esta enseñanza es liberar al niño interior e integrar el espíritu de la alegría infantil en nuestro ser. Esto hará de nosotros personas completas, puesto que al redescubrir la esencia infantil descubriremos quiénes somos realmente. Los Ángeles pueden jugar muy bien con un ser humano integrado; la senda está abierta y ellos pueden guiarnos sin los insípidos bloqueos emocionales de la vida adulta ni la tendencia de complicarlo todo.
Los Ángeles están con nosotros para hacernos más felices y no es necesario complicar innecesariamente un mensaje tan hermoso con una cantidad de artificios, palabras y sistemas de creencias. Debemos liberarnos de la noción ridícula de ser adultos. Esta es la causa principal de la muerte espiritual en personas mayores de doce años. Seamos nosotros mismos – lo cual significa ser uno con el niño interior – y transmitamos alegría a los adultos insípidos que quieren que todo sean tan serio y tan complicado.
El poema siguiente pertenece a un libro muy especial titulado “Cuidemos a los niños”, escrito por Ken Cousens:
LA ESTACIÓN DE UN NIÑO

Una canción primaveral de risas
Es la estación de un niño
Que toca las flores, la lluvia cantante
Cada pétalo fragante
Cada mancha de verde pasto
Horas que pasan sin motivo
Dormitando tras un juego sin sentido.
El calor del verano
Es el llamado de un niño
Pez plateado en cascadas
Cada sabor de la vida libre al viento
Frescos helados para vos y para mí
Nos salpicamos y reímos, delicia fría
La mano de papá y la noche clara.
Los colores del otoño
Son el sueño de un niño
Hojas al viento, chiquillos danzantes
Juguetes rotos en todo el camino
Sonrisas de calabazas, escenas medrosas
Artimañas y noche de brujas
Todo es parte del juego del niño.
El frío invierno
Época agradable para un niño
La tibieza de la cercanía y el chocolate caliente
Lecturas, dibujos, mentes en crecimiento
Tiempo de cuentos que no olvidaremos
Cada año crecemos pero aún no nos sorprende
Nuestro amor es fuerte mientras la vida avanza.
Las vueltas de la vida, remolinos iniciales
Los años transcurren, no hay tiempo de parar
La estación del niño que todos alimentamos
Nosotros vamos y venimos pero la vida sigue
Amemos siempre, es todo lo que nos dicen
Y el niño interior así se desarrolla.
No importa la edad humana que tengamos: somos NIÑOS. Cada uno de nosotros tenemos un color especial de la luz de Dios. Esta luz que poseemos es nuestro don para el mundo, y cuando la luz brilla intensamente se transmite nuestra esencia y se recibe nuestro don. Bajo esta luz de Dios siempre seremos niños. La luz es nuestra eternamente. La llevamos en nuestro interior, y precisa de ventanas limpias para brillar con intensidad a través de ellas.
La luz puede opacarse. Cuando nos sentimos deprimidos e infelices, la luz se ha opacado; la hemos reprimido. Es muy frecuente que las presiones de la vida adula opaquen esa luz, y para recuperarla debemos regresar a nuestra verdadera naturaleza lumínica como hijos de Dios y de la luz.
Por separado se te dará un ejercicio para volver a reactivar la luz en nuestra vida.

CARTAS A TUS ÁNGELES

A medida que fortalezcas tu relación con tu gran amigo celestial, te será grato explorar otros modos de entretejerla a tu vida cotidiana. Escribir cartas a tu Ángel y a los compañeros angélicos de otras personas, te permite centrar tu atención y mejorar tu capacidad de comunicación.
Al aprender a soñar con los Ángeles te abrirás a un rico depósito de información valiosa que normalmente permanece oculta en el inconsciente.
Escribir a los Ángeles es un excelente modo de alinearse y ponerse en contacto con ellos; además, puede brindarte una mayor claridad en tus problemas personales. Escribirles, tal como escribirías una carta a un amigo íntimo y querido, te ayuda a fortalecer el contacto que ya habías formado estableciendo un vínculo mente-corazón. Ese vínculo se desarrolla según pongas al Ángel en tu mente y en tu corazón para dirigir tus pensamientos hacia Él.
El acto de escribir también te ayuda a organizar tus pensamientos, despejando tu mente. Al hacerlo permitirás que los Ángeles lleguen a ti en una frecuencia más alta. La correspondencia con tus amigos celestiales despeja la estática y la cháchara mental que dificulta una buena recepción.
Otro beneficio es que, cuando exteriorizas tus intenciones y deseos, comienzas a liberarlos. Un pensamiento en papel es algo encapsulado y completo. Al anotarlo despejas las partes de tu cerebro que lo contenía, dejando espacio para algo nuevo.
Escribir también puede ayudarte a debilitar tu apego con respecto a los deseos. Cuando los anotas puedes desprenderte de ellos. Si continúas aferrada a ellos, no hay modo de que te abras a tu Ángel a fin de recibir el apoyo que necesitas para conseguir lo que quieres. Sólo podemos recibir con la mano abierta y vacía. Sin embargo, si lo que deseas no viene a ti cuando o como lo deseabas, no pierdas de vista el resultado. Con mucha frecuencia descubrirás que, en cambio, ocurrió algo mejor.
Conviene recordar que los Ángeles son seres de contacto, no de control. Sus maneras de apoyarnos no provienen del poder, sino del amor. Por ejemplo, si te atrae una persona, puedes escribir a tu Ángel para pedirle apoyo. Pero si escribes “Querido Ángel: quiero que Juan me ame”, no recibirás tanto apoyo como si escribes: “Querido Ángel: ayúdame a hallar el modo adecuado de demostrar mi amor a Juan”. De modo similar, antes que “Consígueme este empleo, por favor”, te conviene pedir “ayuda para encontrar ahora el trabajo conveniente con un sueldo justo”.
Cunado pedimos ayuda, nuestros Ángeles nos respaldarán siempre. Pero lo hacen desde una perspectiva más amplia de la que con frecuencia podemos apreciar. Lo que percibimos como el amante ideal o el empleo perfecto puede no ser lo más conveniente para nosotros a largo plazo, aunque por el momento pueda parecernos bueno y adecuado a la imagen actual de lo que deseamos.
Al conversar y comunicarnos con nuestros Ángeles, aprendemos a refinar nuestros deseos, a no desear simplemente lo que nosotros queremos, sino lo que sea mejor para todos. Con el correr del tiempo descubrimos que eso nos brinda una satisfacción más profunda. Y ese es sólo uno de los dones del contacto angelical.
Escribir a tu Ángel es fácil. Sigue sólo los pasos que detallaré por separado.
Además de escribir a tu propio Ángel, puedes enviar cartas a todos los tipos de Ángeles que sientas la necesidad de hacerlo. Escribir una carta a uno de esos Ángeles es un modo de invitarlo a tu vida.
Si estás en una etapa de transición, puedes escribir una carta para un Ángel de modelo, pidiéndole que te ayude a ver el plano de la siguiente parte de tu vida. Si acabas de tomar un nuevo empleo y debes trabajar por primera vez con una computadora, escribe a los Ángeles de la tecnología, específicamente a un Ángel de computadoras, para pedir su apoyo y su orientación. Si tu vida es un torbellino, envía una nota a un Ángel de paz o un Ángel de gracia, pidiéndole que venga a tu vida.
Ten en cuenta que también puedes escribir a los Ángeles de otras personas, no para tratar de dominarlas, sino para expresar lo tuyo. A veces puedes encontrarte en situaciones difíciles o incómodas con una persona con quien no puedes hablar, o quizás temes herirla si dices lo que quieres decir.
También puedes tener la necesidad de decir algo a una persona que ha muerto o desaparecido de tu vida. En estos casos, es útil escribir al Ángel de esa persona. Di la verdad. Quítate el peso de encima. Esto no es para censurar, sino para expresar lo que sientes sobre lo que te preocupa y cómo desearías que fueran las cosas.
Cuando escribes al guardián de otra persona, el mensaje es entregado en el plano angélico. Con frecuencia el acto de escribir coincide con una inesperada apertura de comunicación con esa otra persona o la precede inmediatamente. Y si no se presenta un mejoramiento en la relación, el solo hecho de escribir la carta puede ayudarte a liberar el enojo, el miedo o la necesidad de obtener algo que esa persona no puede darte.
En una buena relación, la comunicación fluye en ambos sentidos. Algunas cartas a tu Ángel no necesitan respuesta. Son mensajes de final abierto. Pero lo maravilloso de tener amistad epistolar con un Ángel es que no necesitas rondar tu buzón a la espera de una respuesta. Si quieres recibir noticias inmediatas de tu compañero, basta con que, después de haber escrito a tu Ángel, tomes otra hoja de papel y dejes que tu Ángel te escriba. En esta ocasión encabeza la carta dirigiéndola a tu propio nombre. Luego descansa y deja que las palabras de tu Ángel leguen a ti bajo la forma de una carta.
Todo el mundo tiene su propia manera de intercambiar cartas. Confía en que tu sentido interior te guíe hacia la forma más adecuada para ti
EL ÁNGEL DE LA ALEGRÍA

La alegría es la energía que sirve como catalizador del orden y de la armonía. Sin alegría todas las formas que retienes en la conciencia comienzan a desintegrarse, pues la alegría es la energía de la fusión y de la unidad.
En la conciencia del individuo, la alegría no proviene del exterior, sino del yo superior que mora en Él, del YO SOY, y esta alegría se logra plenamente a través del hecho de permanecer en esa Presencia. ¿Qué significa permanecer? Significa quedarse, convivir, residir, habitar. Cuando somos “conscientemente conscientes” de la Presencia de la Divina Conciencia, es decir, cuando comprendemos que eso está presente, entramos en consonancia con la Energía de la Alegría, debido a la canción del alma que siempre es alegre.
La vibración del omnipotente YO SOY es pura alegría, y cuando recogemos esta vibración, damos muchos frutos, no sólo atrayendo un nuevo bien, sino también corrigiendo y protegiendo el bien que ya se ha manifestado en nuestras vidas.
La alegría proviene de la conciencia divina del YO SOY y, cuando la mente se encuentra conscientemente anclada en el reino superior, inunda la personalidad con toda su energía. La alegría abre las cortinas de la mente y deja entrar la luz que disipa las tinieblas.
La llama gemela de la alegría es la serenidad, y una vez que el fuego de la alegría y la serenidad domina todo el espectro de la personalidad, todas las situaciones del mundo exterior son controladas en la Luz, lo cual explica el hecho de que la alegría, literalmente, crea y conserva el orden y la armonía en nuestras vidas.
Una persona llena de alegría se encuentra en consonancia con el ritmo del universo, es cálida, contenta, pacífica, equilibrada, aplomada y confiada, dotada de un corazón jubiloso y desbordando de gratitud. Y, como todo lo exterior es un reflejo de lo interior, se encuentra “unida” con todas las cosas en perfecto orden y armonía.
La naturaleza de este Ángel es femenina y se encuentra situada en el vórtice entre el reino causal de la divina consciencia y la personalidad.
La alegría está hecha para ser compartida y los Ángeles la crean para compartirla con nosotros. Si pudiéramos ver a estos Ángeles participando en una fiesta, estarían bailando, sonriendo y cantando alegremente junto con los demás. Ellos afirman que donde no hay alegría y gozo es porque ellos retiraron sus servicios.
Es evidente que no son necesarios banquetes para congraciarse con la alegría. estar enamorado o pasear con el ser amado puede ser igualmente una forma de sentir alegría. De hecho, si estás enamorado de la vida, hagas lo que hagas, lo harás con alegría.
El Ángel tiene por función específica la diversión y la alegría en todos los ordenes de la vida, incluso en la pareja, donde sus efecto son notables. La presencia del Ángel termina con el aburrimiento y genera siempre nuevas vías de satisfacción a través de la alegría.
Sería difícil sentir alegría sin contar con los Ángeles, pues ellos la han creado. Si la necesitas para ti y para los que amas, pídeles ayuda, que siempre estarán dispuestos a añadir hilaridad y diversión a tu felicidad. Quizás tengas que ser tú el promotor, así que sigue los dictados de tu corazón en busca del lado feliz de la vida.
Te propongo que:
Busca un lugar tranquilo donde puedas relajarte e intenta mantener tu mente en blanco, sin rechazar los pensamientos que se te vayan apareciendo, pero también sin darles fuerza. Imagina que estás rodeada de una sensación agradabilísima de gozo que inunda todo tu cuerpo. Siente cómo todo tu ser es penetrado por este gozo que parece circular con la sangre a través de tus venas y cómo se funde con él.
Siente cómo dentro de ti están el Ángel de la Alegría y el Demonio de la Tristeza. No los rechaces. Familiarízate con estos dos visitantes y pide que el demonio de la tristeza desaparezca y que el Ángel de la Alegría irrumpa en tu vida, en tu trabajo, en tus relaciones. Invítale a compartir contigo su buen humor y su dulzura.
El Ángel de la Alegría ahora te propone que te imagines todo el mundo en una fiesta. Los Ángeles sirviendo manjares en la fiesta. Duendes tocando melodías increíbles, hadas que son el coro celestial. Los animales corriendo felices por todos los lugares.
Brillan los fuegos artificiales de la felicidad.
Si puedes ver la Tierra en ese gozo, es porque también te inundará el amor y el milagro de la felicidad cuando tú quieras.

La Luz

Hoy vamos a intensificar la luz que llevamos en nuestro interior para que brille con su real luminosidad.
Vamos a hacer una verificación física, comenzando por los pies: ¿En qué posición están, y qué hacen? Vamos a moverlos de un lado a otro, y vamos a permitir que la luz los abrace. ¿Y las piernas? ¿Están estiradas o encogidas? ¿Están cómodas? Permitamos que la luz penetre en las piernas para sentir que abre canales de flexibilidad que mantienen viva la luz. ¿Las manos están cómodas y sueltas, o tensas mientas sostienen esta hoja? ¿Los brazos están pesados, livianos, doblados? Incorporemos la luz y visualicemos los brazos como alas de luz, listas a volar en cualquier momento.
Ahora dirijamos la concentración a nuestro centro, la zona del cuerpo donde los órganos realizan experimentos químicos y el corazón bombea la energía de la sangre al resto del cuerpo. Ahora inspiremos profundamente y aflojemos todos los músculos del estómago. Aflojemos la espalda, hagamos contorsiones y empujemos como si fuéramos pollitos que tratan de salir del cascarón. Ahora otra inspiración más, pero esta vez de luz pura.
Ahora viene la parte difícil. Vamos a relajar la mente, que muy probablemente sentimos alojada en la cabeza. Relajamos los músculos del cuellos, los estiramos suavemente y sentimos que el cuello desaparece. Ahora la cabeza queda colgando en el espacio. ¿Qué vemos, oímos, olemos y percibimos por el gusto? Relajemos los músculos del rostro. Dejemos que la mente vuele libremente por un instante y luego pongámosla en foco para hacer algunas comprobaciones del estado actual de conciencia.
¿Cómo actuamos? ¿Cuál es el tono que prevalece en nuestra vida últimamente? ¿Estamos actuando como adultos plagados de responsabilidades que nadie puede comprender ni ayudarnos a superar? Si es así, recordemos que somos hijos de la luz; conforme aprendamos a jugar con el fluir divino de la vida, las responsabilidades cambian y se convierten en juegos.
Comencemos a imaginar la forma en que las pequeñas insatisfacciones se proyectan en nuestra vida. Si estamos preocupados por algo, tomemos conciencia de que la preocupación no es un problema para los hijos de la luz; entonces vamos a entregarla a los Ángeles. Si nos sentimos con poca energía, vamos a pedirle a los Ángeles que nos ayuden a redescubrir la energía del hijo de la luz. Tristeza o depresión significan que la luz se va opacando y que el adulto que hay en nosotros decidió apagarla para dejar de sentir dolor. Seamos hijos de la luz y retomemos la conexión con la alegría de la niñez iluminada. Volvamos a encender la luz y dejemos que brille intensamente. ¡Los Ángeles están para ayudarnos! Pidámosles alegría para reemplazar la tristeza.
¿Somos felices? Tenemos que saber en nuestro interior que esa felicidad no se debe a ese nuevo juguete maravilloso que tenemos o al fantástico puesto de trabajo que conseguimos ni a la hermosa relación que tenemos con otra persona. La felicidad que sentimos se debe a que nos amamos a nosotros mismos y a que permitimos que nos sucedan cosas agradables. Si las circunstancias cambiaran, no dejaríamos de ser felices. Ya que la felicidad viene desde el interior y todos los hijos de la luz sabemos cómo tener unicidad con la esencia de la felicidad.
¿Somos amigables? ¿Permitimos que los demás entran y salgan de nuestra vida? Un hijo de la luz es amigable y atrae personas amigables y mágicas. Las preguntas anteriores son sólo algunas de las que podemos hacernos y pueden permitirnos un muy buen esclarecimiento interior sobre zonas de la vida en las que quisiéramos que la luz fuera más intensa.
Este ejercicio no tiene como objetivo que se lo tome con demasiada seriedad. Es tan sólo una forma de comprobación para que concentremos la atención en el hecho de que somos hijos de la Luz. No siempre recordamos que somos hijos de la luz y que tenemos un padre que nos nutre – el poder superior del universo que por siempre nos ama, que los Ángeles mantienen y personalizan para nosotros – que puede encargarse de los problemas que no son realmente nuestros. Lo único que necesitamos hacer es recordar que podemos entregar nuestros problemas de adultos a fin de que sean resueltos para el mayor bienestar del universo, soltarnos y dejárselos a los Ángeles.
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LAS DIMENSIONES ESPIRITUALES DE LA CURACION.-


por Maria Elena Syro P

LAS DIMENSIONES ESPIRITUALES DE LA CURACIÓN
Trabajar con los Ángeles no elimina en modo alguno la necesidad de recurrir a los profesionales del arte de curar, pero puede facilitar el proceso curativo del cuerpo sutil, lo cual es un importante agregado al trabajo que estás haciendo en el mundo físico. Cuando perdemos contacto con la negatividad que retenemos dentro del cuerpo o cuando no sabemos liberarla, estamos invitando a que la enfermedad entre en nuestra vida.
Pregunta a tu Ángel cuáles son las causas espirituales del desequilibrio que experimentas y qué puedes hacer para facilitar su liberación. Una afección puede desaparecer o curar más rápidamente cuando se sabe qué la provoca. Si pides a tu Ángel información sobre una enfermedad, formula tu pregunta de una manera abierta. Por ejemplo: “¿Qué tengo dentro de mí que necesite curarse?” o: “¿Cuáles son las lecciones que me enseña esta enfermedad?”. No preguntes si debes someterte a la quimioterapia o a una dieta a base de jugos. Las preguntas que se responden por sí o por no (es decir, las que se refieren a decisiones críticas) generalmente reciben respuesta de tu propia mente. Y cuando estás enfermo o adicto, la mente está asediada por el miedo.
Cuanto más palpable sea la presencia de tu Ángel, más fuerte se torna el conducto para que tu Ángel comparta su energía contigo. Cuando estás triste o cansada, si te sientes mal o necesitada de curación, imagina a tu Ángel envolviéndote con sus alas. El abrazo de un Ángel puede ser una curación en sí. Y puedes trabajar con él de distintas formas. Cuando vas al médico puedes pedirle a tu Ángel que te acompañe. Siente su presencia en el consultorio y también la del Ángel de tu médico. El tener conciencia de ellos reafina la situación y la eleva a una frecuencia más alta. Eso facilita cualquier tipo de diagnóstico y tratamiento.
Cuando tomes una decisión referida a la salud, utiliza todas las facultades que tengas a tu disposición: la información que te proporcione el médico, la investigación sobre la dolencia que padeces o que afecta a un ser querido y los datos de que dispongan organizaciones o sociedades que trabajen con esa enfermedad.

Usa a tus compañeros celestiales para que te ayuden a despejar y superar el miedo, a fin de elegir la curación que te convenga en todos los planos, el físico, el mental, el emocional y el espiritual. El primer paso hacia la curación es la manifestación de la enfermedad o el reconocer y aceptar la adicción. Con tus ángeles al lado, puedes aprender a recibir de buen grado todas y cada una de sus manifestaciones como parte de tu curación. Llamar a tu guardián personal te infundirá también la actitud correcta, compasiva y de comprensión, neutralidad y aceptación. Recurrir a tu Ángel te abre al amor, y este, cura.
Si hay una parte especial de tu cuerpo que necesite curación, invoca la presencia de tu Ángel compañero. Siente y visualiza la curativa luz dorada que brota de la punta de sus alas, hacia la parte afectada. Invoca también a los Ángeles de curación y visualízalos rodeando tu cama, portadores de amor y apoyo. También puedes pedir consejo a tu Ángel sobre cómo trabajar con la situación en el plano energético. Una vez más: esto no reemplaza el trabajo que debes hacer con un profesional humano. Antes bien, aumenta el efecto al encarar el proceso de curación desde una perspectiva espiritual.
Si te vas a someter a cualquier procedimiento médico, ten la seguridad de que el cuarto está lleno de Ángeles: los tuyos, los de todos los presentes y toda una bandada de Ángeles de curación. Cada vez que necesites curarte, ábrete al reparador que llevas dentro. No eres la víctima de lo que necesita curación, sino su discípulo. Cuando entras con tus Ángeles en el aula, activas la oportunidad de aprender y magnificas la sabiduría que viene de ti.
Tu Ángel puede cargar y alinear con tu cuerpo cualquier tipo de medicación, vitaminas, minerales o fórmulas herbáceas que estés tomando. Sostén en la mano tu medicación. Invoca a tu Ángel e imagínalo tocando el frasco o el paquete con sus alas. Visualiza la luz que se vierte dentro del contenido, vigorízalo y afinándolo con tu cuerpo, par que no haya efectos colaterales y se funda armoniosamente con él.
Si algún conocido tuyo está enfermo, visualízalo rodeado de Ángeles de curación, refulgiendo con una suave luz verde y dorada. Reparar o curar significa devolver la integridad en cada paso del trayecto desde el nacimiento hasta la muerte. A veces por medio de una enfermedad o en medio de ella recobramos la integridad. Eso puede ocurrir de diversas maneras. A veces, lo que parece una enfermedad es un caso de reconexión mal diagnosticado. Solicita la ayuda de los Ángeles de Conexión.

Cuando visites a un enfermo, invita a los Ángeles de la curación a que te acompañen. Siente, visualiza y percíbelos llenando la habitación. Cuando te vayas, déjalos allí. Recuerda que sólo pueden entrar cuando los invitamos. Si la persona con quien estás es receptiva a estos celestiales reparadores, comparte con ella lo que sabes y cuéntale cómo te han ayudado a ti. Si no, es más afectuoso no imponerle tus experiencias, pero eso no te impide abrir tus alas y llenar el cuarto de energía angelical. Eso beneficiará a todos los que entren en el cuarto: médicos, enfermeras, parientes y amigos.
El corazón es un órgano vital, esencial para nuestro bienestar físico, emotivo y espiritual. Nos conecta con nuestros Ángeles. Cuando nos abrimos a ellos expandimos nuestra capacidad de amor y compasión. Todo el mundo tiene “problemas” del corazón de vez en cuando, sentimientos tales como soledad, dolor, rechazo y culpa. Al trabajar con nuestros Ángeles podemos curar esas sensaciones y desarrollar una mayor autoestima, más aceptación de nosotros mismos y de otros.
LOS ÁNGELES DEL BUEN HUMOR
Actualmente se habla mucho de transformación. Transformación significa un gran cambio. Cuando solicitemos una transformación espiritual (consciente o inconscientemente), la obtendremos y nos sorprenderemos de todo lo que conlleva. Cuando luchamos por dar un cambio espiritual y definitivo a nuestras vidas, nos perseguirán pruebas y exámenes a donde quiera que vayamos. El camino de la transformación espiritual es accidentado y no debemos perder nuestro sentido del humor.
G. K. Chesterton dijo que los Ángeles podían volar porque se tomaba a sí mismos a la ligera. Ellos nos enseñan que la vida no es tan seria y que el reírse de nosotros mismos nos hará más libres. Gracias a ellos aprendemos a reírnos en vez de a quejarnos. Encontrar el sentido del humor a la vida no es tan fácil, es mucho más fácil ser serio.
El buen humor, como el amor, es uno de los canales mágicos a través de los cuales los Ángeles pueden llegar a ti. Muy a menudo perdemos un montón de tiempo y energía tomándonos la vida demasiado en serio. La transformación espiritual es una elección personal que asumes en tu camino. Los Ángeles no lo harán por nosotros, somos nosotros lo que hemos de realizar este “trabajo espiritual”.
Es decir, hemos de buscar en nuestro interior y conscientizarnos con exactitud de lo que queremos transformar. Sonreír y reír son algo altamente curativo. Está demostrado que se utiliza mucha menos energía en una sonrisa que en fruncir el ceño y que así como esto último desencadena procesos bioquímicos que pueden enfermarnos, la más tímida de las sonrisas es suficiente para incrementar en nuestro organismo el flujo de endorfinas.
Los Ángeles nos pueden ayudar a la hora de extraer el sentido del humor en cualquier ocasión. Para hallar este sentido del humor en una situación aparentemente trascendental (como, por ejemplo, encontrarse estancado en un dilema espiritual) párate y piensa: “Ya está bien, Ángeles, ¿qué hay de gracioso en esto?” Debemos encontrar siempre una salida a nuestros dilemas, es decir, decídete y llama a los Ángeles del buen humor para que te ayuden a ver lo que hay de gracioso en tu problema.
Si te estás lamentando, transforma tus quejas en risas. Los humanos son divertidos, particularmente cuando se quejan. El quejarse es de hecho una forma de hacerse querer si se hace con sentido del humor. Es realmente increíble cuántas banalidades nos tomamos en serio cada día. ¿Qué es serio realmente? ¿Qué te han hecho ahora estas personas tan espantosas? ¿Has estado muriendo de hambre últimamente o te han amenazado con encarcelarte por no pagar el alquiler? Buenos, si es así, intenta reír, probablemente la gente lo pensará que eres un comediante en paro y te darán de comer. Después descubrirán que estás a punto de quedarte sin hogar y, puesto que eres tan gracioso, y ellos no se han divertido últimamente, te acogerán en su casa.
¿Recuerdas cuando de niño llorabas porque algo te parecía tremendamente espantoso y de golpe se te iban las ganas de llorar y querías reírte pero aún sin poder hacerlo delante de tus padres, inevitablemente estallabas en carcajadas?
Los Ángeles del buen humor están preparados para devolverte el humor divino que te llevará a un estado de gracia. Por lo tanto, cuando no tengas ganas de estar serio, déjate llevar por las carcajadas: el estado de gracia llega instantáneamente.
Te propongo un ejercicio:
Cierra los ojos y relájate. Reflexiona sobre la gravedad del instante que estás viviendo; cada segundo que pasa es un paso más hacia la ineludible muerte, pues vivir es morir poco a poco. Adopta una actitud solemne acorde con la situación y… ríete.
Ríete a carcajadas porque todo es una broma, una inmensa broma cósmica. Cada fragmento de tu vida es como el trozo de una comedia, sólo que a veces tú eres el espectador mientras que otras veces eres la víctima. Nada es eterno y al mismo tiempo, todo lo es. Ríe a carcajadas y dale las gracias al Ángel del Buen Humor por ayudarte a soportar los momentos duros que puedan haber en tu vida.

EL ÁNGEL DE LA CONFIANZA
La frase preferida de los Ángeles parece ser “no temas”. Con ellos nos están diciendo que tengamos confianza.
Quieren reconfortarnos, infundirnos ánimos, hacernos saber que están ahí, aunque no lo veamos, para protegernos y guiarnos en nuestras vidas.
Cuando tenemos confianza, nada de lo que pueda ocurrir fuera de nosotros nos afecta.
Los Ángeles nos enseñan que hay dos tipos de confianza; con mayúsculas y con minúsculas. La confianza con minúsculas se basa en cuestiones humanas relativas a la personalidad, como el comportamiento; la Confianza con mayúsculas se basa en el amor.
Cuando confiamos en las opiniones de otra persona (o las nuestras propias), en su comportamiento (o en el nuestro), fácilmente podemos equivocarnos. Pero cuando confiamos en el amor, nuestras flechas siempre son certeras.
Te propongo que:
Siéntate y estírate en una posición cómoda y relajada y despreocúpate de lo que ocurra en el exterior.
Cierra los ojos y respira profundamente. Deja que con el aire que espires salgan también todo el miedo y la desconfianza que pueda haber dentro de ti, todo aquello que te produce intranquilidad.
Sigue respirando a fondo y visualiza tu silla o el suelo como un colchón de luz. visualiza esta luz y poco a poco entrégate a ella.
Esa luz te está protegiendo y te protegerá durante todo el día.
Pídele al Ángel de la Confianza que nunca te abandone.

EL ÁNGEL DE LA ESPONTANEIDAD
Ser espontáneo es ser lo más parecido a como se es, sin actuar o pensar condicionado por el pasado.
La espontaneidad coincide con la inocencia. “Inocencia” significa “no saber”, y tras este “no saber” humano se esconde una sabiduría divina.
Por regla general, los humanos tienen miedo de la espontaneidad y se escudan en la rutina, pero la rutina es un veneno para el corazón; la espontaneidad es como un aire que lo refresca.
Conectando con el Ángel de la Espontaneidad podremos hacer entrar este aire fresco en nuestras vidas.
Para vivir, sentir, pensar y actuar con espontaneidad, debemos conectar con nuestro Yo Superior que se confunde con el Ángel de la Espontaneidad.
Te propongo que:
Busca un lugar tranquilo e intenta, sin forzar, mantener tu mente en blanco.
Imagina que estás sentada bajo una luz suave y cálida: es la luz de tu Sol Interior que no sólo te alumbra, sino que también te da el calor necesario para crecer por dentro.
Acércate a esta luz y confúndete con ella. Obsérvala sin intervenir, deja que vengan a tu mente pensamientos, y sensaciones, pero no intervengas.
Siente como ráfagas de aire fresco te envuelven, penetran en tu cuerpo, inundándote de una sensación de bienestar y dicha.
Invita a tu Ángel de la Espontaneidad a compartir contigo la libertad de vivir en el momento sin reparar en el pasado y sin pensar en el futuro.

Recreos de Humor
Este ejercicio nos ayudará a desarrollar un sistema para sanar con humor el estado mental y a genera un plan de mantenimiento para lograr estar centrados.
Aquí en la tierra prevalece la gravedad, y son incontables las ocasiones en que cargamos con más peso del que podemos llevar. La filosofía básica de esta práctica es aligerarnos y liberarnos de la gravedad mental. Para tener una salud mental completa debemos mirarnos con honestidad cien veces al día. Con los Ángeles a nuestro lado podremos ver el humor de las situaciones, y con cada mirada honesta a nosotros mismos podremos reírnos mucho; la seriedad y la gravedad se desvanecen con naturalidad.
Cada vez que nos sea posible tomémonos un recreo para reírnos de nosotros mismos. Observemos el potencial humano de cualquier situación que estemos viviendo. La mejor comedia es la vida real, en especial cuando uno se ocupa de sus cosas y comienza a tomarse a sí mismo con demasiada seriedad. El orgullo da lugar a una gran cantidad de situaciones humorísticas; entonces, en cuanto logremos distinguir signos de orgullo, en nosotros mismos o en otros, observemos el humor que ello genera.
Tomarse un recreo para aligerarse y reírse ayuda a que uno pueda mantenerse centrado y fiel a sí mismo. El humor puede cambiar la percepción en un instante. La capacidad de ver el humor en las experiencias cotidianas resulta muy importante para combatir el estrés.
El humor nos afecta a todos de diferente manera. Esto se descubre cuando intentamos contarle a alguien algo gracioso que nos ocurrió y empezamos a reírnos tanto que apenas podemos finalizar el relato, entonces la otra persona nos mira con cierto asombro. Luego, cuando por fin logramos contar todo, la otra persona se ríe más por nuestra actitud que por el relato.
Si no podemos encontrar un amigo con quien reír, podemos reírnos con los Ángeles. ¿A quién le importa que otros nos vean riéndonos solos? Eso es en sí mismo gracioso. Vamos a darnos un festín de risas.
La manera más fácil de incorporar humor a la vida es pedirles a los Ángeles que nos lo proporcionen. Tenemos que declarar frente a ellos que estamos hartos y aburridos de la seriedad de la vida y que estamos listos y dispuestos para aceptar más humor. Cuando nos despertemos por las mañanas vamos a proclamar el hecho de que ese día reiremos y tendremos muchos buenos momentos, y que los Ángeles guardianes nos ayudarán a conseguirlo.
Vamos a desarrollar nuestro propio plan de mantenimiento para mantener la mano abierta a las experiencias absurdas y ridículas de la vida.
Para que el sentimiento de orgullo deje de abrumarnos, bastará con que nos relajemos y riamos mucho y que nos ridiculicemos a nosotros mismos. Cuando ocurra algo inesperado que nos descoloque un poco, tendremos que aprender a hacer una pausa para retomar el aliento, y buscar el lado humorístico de la situación.
Si cada vez que resulte posible nos miramos a nosotros mismos con honestidad pero con amor y humar, seguramente viviremos mucho tiempo más. Recordemos divertirnos al menos un poquito por día; contamos con la ayuda y el apoyo absoluto de los Ángeles.
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ENCUENTRO ANGELICO.-

por Maria Elena Syro P

ENCUENTRO ANGÉLICO II

Quien haya experimentado un encuentro con ángeles, si su vida se ha visto alcanzada por el amor angélico, lo primero que sentirá es más amor por sí mismo, como si fuera un ser único y maravilloso. Y además de ese amor ha de sentirse más libre para amar a los demás, a las otras criaturas, por lo hermosa que son (incluyendo a los Ángeles). Y esas personas llegarán a amar la luz, a Dios, porque Dios es el autor de todo amor, la fuente y el objetivo final de nuestro amor.

Claro que uno puede estar tan envuelto en uno mismo, tan dominado por un amor egoísta que cree que somos perfectos, que terminamos por confundirnos al punto de cree que nuestros sueños o percepciones son angelicales. Y si nos amamos de manera tan desordenada, hasta podemos llegar a imaginarnos que un ángel nos ha llenado de amor. Pero si es así como suceden las cosas, entonces advertiremos, observando con cuidado, que esa experiencia no hizo que aumentase nuestro amor por Dios o por nuestros semejantes. Por el contrario, encontraremos que todo nuestro pensamiento se ha centralizado en mí, en el yo, no en los otros.

Cuando el encuentro angélico es auténtico, lo primero que hará será llevarnos a la más profunda meditación y la contemplación de los grandes misterios del universo, pero al final conseguirá que nos volvamos hacia todo lo exterior para amar al mundo con mayor seguridad.

Los milagros se producen con mayor frecuencia de lo que suponemos. No me estoy refiriendo a curas milagrosas de enfermedades mortales, sino a esos pequeños milagros personales de cada uno de nosotros, que sirve de algo así como indicadores que apuntan al hecho de que Alguien nos ama.

Considero que los milagros son recordatorios de que el universo dista de ser un caos imposible de ordenar o reconocer, que hay en él un orden establecido para todo cuanto existe, y que las distintas dimensiones a las que denominamos cielo y tierra no se hallan totalmente separadas. Todos los milagros realizados por los ángeles, no son sino otros tantos signos indicadores del amor de Dios, ya sea que se trate de hechos dramáticos o de fenómenos muy sutiles.

LOS ENGAÑOS DEL OSCURO:
No me gusta hablar de la oscuridad. Creo que cuanto más aludamos a ella, mayor será el poder que le demos, y perder nuestro tiempo en eso no puede ser sino algo tonto, porque si miramos siempre hacia la verdadera luz, nos veremos colmados de esa luz y la oscuridad perderá toda su fuerza sobre nosotros. Pero también es verdad que ninguno de nosotros es tan perfecto como para contemplar siempre la luz sin trepidar, y no hay persona tan sabia como para que pueda distinguir siempre entre la verdadera Luz y la oscuridad. De modo que se torna necesario establecer algún discernimiento respecto a los espíritus oscuros para que podamos redondear esta presentación.

Los Ángeles caídos existen, son ángeles que por diversas razones han perdido el interés genuino que deben tener los ángeles por la raza humana, por decirlo de alguna manera. La existencia de tales criaturas se ha reconocido desde los tiempos en que el hombre comenzó a escribir en tabletas de arcilla o en láminas de pergamino. Son seres personales, al igual que los ángeles de la luz.

Si bien las filosofías y teologías que a ellos se refieren discrepan de manera radical tanto en el tiempo como en el espacio, resulta importante comprender que, por razones sólo por ellos sabidas, algunas veces deciden hacer notar su presencia (con disfraces que pueden resultar muy auténticos) a fin de llevarnos por mal camino e impedir que sigamos buscando la Luz que es Dios. Tal vez sean exactos ciertos relatos antiguos en el sentido de que tienen celos de los humanos porque Dios nos favoreció incluso por encima de los seres angélicos… pero eso es algo que no puedo afirmar.

Con todo, si bien no es lo común, se sabe que los ángeles de la oscuridad se disfrazan para hacerse pasar por ángeles del cielo. Es por tal razón que muchos místicos que han tenido frecuentes encuentros con los Ángeles – como por ejemplo San Juan de la Cruz y más recientemente el Padre Pío, un sacerdote italiano que muestra los estigmas -, siempre han desconfiado de sus encuentros, tanto si se trató de un ángel o de otro ser humano (como por ejemplo la Virgen María) o incluso del propio Dios.
El temor ante la posibilidad de no estar en condiciones de distinguir la Luz de la oscuridad ha impulsado a más de uno a evitar por completo los encuentros con ángeles. Todavía hoy, son muchos los que aconsejan tener muchas precauciones con el tema de los encuentros angélicos, en razón de que los poderes de engaño del oscuro son muy grandes.

Quiero decir que los ángeles de la oscuridad, sólo hasta cierto punto están en condiciones de falsificar a los verdaderos Ángeles de la Luz. Es que directamente no tienen en su interior capacidad para que una persona pueda desarrollarse en dirección a la Luz, como tampoco para sentir amor y gozo verdaderos, por la sencilla razón de que ya han dejado de saber qué son esas cosas. Son incapaces de producir nada que no sean frutos falsificados, que pronto se destruyen, se pudren y se vuelven amargos.

Por lo general, ni siquiera intentan conquistar nuestra mente por medio del mal en sí mismo. Nos seducen para llevarnos a la adoración de nosotros mismos y de los dones de que disponemos, tal como si nos hubiésemos creado solos y nos hubiéramos dado todas esas capacidades de que disponemos. En lugar de volvernos hacia la Llama que es Dios, nos engañan induciéndonos a penar que esas pequeñas lenguas de la Llama que ilumina y da calor a nuestro espíritu son ellas mismas la verdadera Luz, la auténtica llama.

En todos los casos, cuando nos volvemos hacia la Luz, la oscuridad pone pies en polvorosa, y creo que es todo cuanto debemos saber sobre esta cuestión, a menos que tengamos que tratar con ellos o seamos sencillamente unos tontos.

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EL TEMOR Y EL MIEDO
Lo contrario del amor, en cierto modo, no es el odio sino el miedo, el temor. Porque el odio no es nada tangible, es un vacío que significa la total ausencia de amor, un cero absoluto en la escala de amor. El miedo en cambio, es otra entidad: es lo que cualquiera de nosotros experimenta cuando no confía en el amor que alienta en nuestro corazón. Y por cierto que en estos días nuestras muestras de confianza son muy escasas.

No creemos en nuestros hijos ni en nuestros cónyuges, en nuestro trajazo y ni siquiera en nuestro país. Como resultado de todo ello, podemos llegar a estar tan colmados de temores, incertidumbres y ansiedades, que al final nuestra vida se paraliza… Pero es imposible transformarlos.

Nos sentimos descontrolados, o creemos que nos controla nuestra vida y no al revés. Queremos tocar a nuestros ángeles y sentir que ellos a su vez nos tocan, porque sentimos que no los afectan nuestros miedos: ellos creen y confían en el Amor, del cual son sin la menor duda sus servidores.

De modo que, para nosotros, los ángeles constituyen una fuente de paz y tranquilidad que por todos los medios tratamos de asumir y aprender de ella. Muchas personas son llevadas a alcanzar esa serenidad total que gobierna al ser angélico tratando de compartirla o comprenderla para que también peda bendecir sus vidas.

Desde luego, habrá algunos que quieran llegar demasiado lejos, gente que no desee tomar el control de su vida sino que se alegraría de que la gobernasen totalmente los ángeles. Se trata en esos casos de sujetos cuya personalidad es tan frágil, o ha sido tan sacudida, que para cualquier actitud que tomen tienen necesidad de que alguien los guíe y con todo gusto se apoyarían en los ángeles. También esas personas buscan entrar en contacto con sus ángeles.

Asimismo, para algunos, los ángeles constituyen una suerte de figuras sustitutivas de Dios. Muchos adultos consideran que el moderno concepto de Dios les resulta inaceptable, o harto impersonal y distante, como tampoco aceptan que, según la antigua doctrina, Jesús sea Dios bajo una forma humana, personal y accesible. Sin embargo, la búsqueda de Dios forma parte de nuestro ser más interior. Es universal la necesidad de estar unidos a nuestra Fuente.

Tales personas ven con frecuencia en los ángeles aquello que aún no pueden percibir en Dios: amor personal que surge en ellos porque han sido tocados; una sabiduría que no reconoce tiempos y los alcanza para enriquecerlos; una fuerza increíble elaborada para inspirarlos.

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TRABAJO CONJUNTO
Los convoquemos o no, los ángeles están con nosotros en nuestra vida cotidiana, dispuestos, deseosos y encantados de ayudarnos. No importa lo que hagamos: meditar, hacer compras, conducir el auto o bucear a profundidad, ninguna tarea es demasiado pequeña, ningún objetivo demasiado grandioso como para no merecer su afectuosa atención.

Ahora veremos algunos ejemplos de las maneras en que nuestros compañeros celestiales acompañan y animan las actividades cotidianas, y de cómo puedes solicitar su ayuda para alcanzar tus objetivos.
Algunos libros contemporáneos sobre los ángeles se concentran en las intervenciones milagrosas, incidentes en que se salvaron vidas y se evitaron calamidades. Aunque son apasionantes, indiscutiblemente, esos acontecimientos suelen producirse sólo una vez en la vida, sin embargo los ángeles están muy presentes y disponibles para todos y cada uno de nosotros, todos los días y no sólo en ocasiones especiales.

Por dispuestos que estén a ayudarnos, los ángeles no son hadas de la buena suerte que toquen tu copa con una varita mágica y te otorguen todos tus deseos. Pueden ayudarte a alcanzar lo que desea tu corazón, pero no crear tu destino. Eso sólo pueden hacerlo Dios y tú. Lo que hacen los ángeles es servir a Dios mediante cada uno de nosotros. En realidad, más de uno de nuestros invisibles ayudantes nos han sugerido, en muchas ocasiones, que los humanos somos las manos de los ángeles y la voz de sus mensajes inspirados.

Cuando aprendes a conversar con tus ángeles, entras en una asociación de trabajo con ellos. Un socio es alguien que trabaja contigo, que comparte tu alegría, te arroja la pelota y te respalda en tiempos de vacas flacas. Para desarrollar esa sociedad, basta con acordarte de pedir ayuda a tus ángeles, y con frecuencia se te presentarán cuando realmente los necesites, aunque hayas olvidado llamarlos.

Pide a tus ángeles que te acompañen durante tu vida cotidiana. Pídeles que te aquieten o te guíen las manos cuando hagas algo que requiera habilidad y precisión. pídeles que te conduzcan a alojamientos adecuados si estás en una ciudad que no conoces. Pídeles que aseguren un viaje y un regreso sin peligros y que faciliten los trasbordos cuando viajéis, tú o tus personas queridas. Cuando quieras expandir tus conocimientos, tu capacidad o tus habilidades, no dejes de pedírselo a tus ángeles.

Uno de los beneficios de recurrir a los ángeles es que el acto de pedir elevará tu manera de encarar las cosas. Al refinar tu actitud, al abrirte a la afirmación y a un punto de vista positivo, realizas tus posibilidades de éxito en todo lo que haces o deseas lograr. Al visualizar el mejor resultado posible, atraes las energías positivas para que fluyan hacia ti.

Desde los tiempos más remotos, la gente ha trabajado con las energías positivas para crear lo que deseaban en el plano físico. Como resultado han crecido culturas y civilizaciones. A lo largo de milenios, ciertas maneras de operar energéticamente han resultado invariablemente efectivas para el propósito de la manifestación. Reciben distintos nombres de los diferentes sistemas y escuelas de pensamiento; algunos cambian el orden de la ejecución. Pero las leyes o pasos siguen siendo los mismos. En realidad son muy simples y, con ayuda de tu ángel, puedes utilizarlos para alcanzar tus objetivos.

Si bien hay muchas variaciones y agregados al proceso de manifestación, existen sólo cinco principios que se aplican universalmente. Con la asistencia angélica puedes ampliar notablemente el poder de estas leyes, porque la naturaleza angélica contiene un ingrediente vital para la manifestación: una amorosa aceptación. Como los ángeles existen en un plano de pensamiento superior, más próximo al reino de la Fuente Creativa, pueden ayudarte a sembrar tu meta en la dimensión donde el pensamiento es, realmente, creación.

1) El primer paso en la manifestación es la intención. Tomas la decisión consciente de tener lo que deseas. Si no estás segura de desearlo de verdad, dedica unos minutos a imaginarte teniéndolo. Si no puedes visualizar o sentir cómo es, quizás no lo quieras del todo. O tal vez no crees poder tenerlo. A veces dejamos de desear algo cuando pensamos que no podemos tenerlo, aunque no dejemos de quererlo, por supuesto; simplemente, negamos el deseo. Con frecuencia, el miedo a la desilusión debilita la intención. Tenemos miedo de no conseguir lo que deseamos. Este miedo se crea en la sensación de poco valer.

2) El segundo paso para alcanzar tu meta es el compromiso de obtenerla… y estar dispuesto a aceptar todo lo que te traiga. Tienes que estar segura. Nada de melancólicos “tal vez” o “si yo pudiera”. Nada de ambivalencias. Este paso requiere que concentres tu intención y experimentes la convicción de que puedes tenerlo. ¿Alguna vez obtuviste algo que deseabas desesperadamente, sólo para descubrir que, después de todo, no lo querías? ¿O no supiste qué hacer con lo obtenido? La culpa está en la falta de compromiso.

3) El tercer paso requiere afirmación: reclamar lo que deseas utilizando una visualización, afirmándolo en voz alta y escribiéndolo o dibujándolo. Puedes hacer cualquiera de estas tres cosas, pero cuantas más hagas, mejor, porque cada una activa tu intención y comienza a establecerla en el reino físico. Para visualizar el logro de tu objetivo experiméntalo tan plenamente como puedas, por medio de tantos sentidos como te sea posible: debes verlo y sentirlo, oírlo, tocarlo y hasta degustarlo, si se puede.

Afirma lo que deseas diciendo en voz alta: “Ángel quiero tener…. “. Recuerda las palabras de la Biblia: “En el principio fue el verbo”. El sonido de tu voz crea una onda y el poder de tu intención la claridad de tu visualización, dan esa onda potencia y duración.

Algunas personas hacen un mapa del tesoro de lo que desean, recordando figuras que ilustren su meta y pegándolas en una hoja de papel o cartón.

Cada uno de estos actos reforzará tu convicción interior, iniciando la realización de lo que desea. Estás cocreando con nuestro Creador, con la ayuda de tus bienamados ángeles. Tu parte consiste en concebir todo el cuadro y cómo quieres que sea.

4) El cuarto paso es la gratitud, dar gracias por la manifestación, como si ya se hubiera producido. Existe ya en otra dimensión, que es familiar a nuestros alados colegas. Sé generosa con tu agradecimiento y tus alabanzas a la Fuente de Todo.

5) El quinto paso es el más difícil: el desprendimiento. Tienes que liberar tu meta hacia el Universo, para que este pueda hacerse cargo y entregar lo que has pedido. Cinco breves palabras te ayudarán a recordarlo: “Déjalo y deja a Dios”.

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INVOCACIONES Y ORACIONES
Invocaciones Matinales
A los Devas de Ceremonias
Hermanos de las huestes dévicas,
Venid todos en nuestra ayuda.
Dadnos vuestro ígneo poder dévico
Como os damos nuestro amor humano.
Llenadlo todo con poder y vida;
Participad con nosotros en los trabajos de esta tierra
Para que la vida formal se torne libre.

A los Ángeles de la Música
¡Salve, Devas de la Música!
Venid en nuestra ayuda.
Entonad par nosotros cantos de alegría.
Llenadnos con vuestra divina armonía.
Despertadnos para que podamos oír vuestra voz.
Armonizad nuestros oídos con vuestro canto.
Animad nuestra música terrena con vuestra luz.
Participad con nosotros en los trabajos de la Tierra.
Que los hombres oigan las melodías que cantáis
Más allá de los reinos del Tiempo y el Espacio.

EXPANDIENDO LOS SENTIDOS.-

CURSO DE ANGELES
LECCION 16
EXPANDIENDO LOS SENTIDOS
Como los Ángeles viven en un estado de conciencia expandida, uno de los mejores modos de alinearnos con ellos es expandiendo nuestros sentidos. Nos vemos constantemente bombardeados con estímulos del mundo exterior; por eso se diría que todos nuestros sentidos están continuamente en uso. Pero no es así. Por el contrario: para manejar la extraordinaria cantidad de información recibida, nos cerramos y seleccionamos nuestra experiencia. No podemos responder a todo; nuestros circuitos se sobrecargarían. Por ese motivo muchas personas viven en un estado de semiconciencia. Es como comer cuando se está resfriado, y con la nariz tapada: no se percibe el sabor de la comida, con lo que se pierde gran parte del gozo.

Una mayor conciencia sensorial acentuará el placer de lo que hagas. Es fácil y divertido de adquirir. La próxima vez que escuches música, ábrete a la posibilidad de verla, sentirla y hasta degustarla. Pon tu casette favorito; no importa que sea de rock o de Bach. Por en volumen tan alto como los vecinos lo permitan y acuéstate en el suelo. Siente las vibraciones en el cuerpo. Cierra los ojos y observa qué colores o imágenes aparecen. Diferentes fragmentos tendrás formas diferentes o te causarán sensaciones distintas. Déjate llevar, sabiendo que estás creciendo en armonía y sensibilidad. Y supón que pudieras degustar la música: ¿sabría a helado, a hamburguesa o a ensalada de hojas de lechuga?

La próxima vez que mires algo bello, ya sea una pintura o un coche nuevo y reluciente, ábrete a las posibilidades de escuchar sus sonidos, oler su fragancia y degustar su sabor. Si pudieras traducir a sabor lo que ves, ¿sería dulce o agrio, salado o picante? Si pudieras tocarlo, ¿sería liso o rugoso, suave o áspero? ¿A qué olería? Deja que estos ruidos, aromas, imágenes, sabores y sensaciones te lleven a otros reinos, a ensoñaciones de síntesis y nueva apreciación.
La próxima vez que vayas a comer algo, cierra los ojos y olfatéalo bien. ¿A qué te recuerda? ¿Es potente, suave, áspero? Cuando te lo lleves a la boca, saborea tu textura y no sólo su sabor. Aparte del color que tiene, ¿qué color describiría su gusto? Y cuando lo comes, ¿cómo suena? ¿Crujiente y esponjoso?

El olfato es el más evocativo de todos los sentidos. Un aroma puede transportarte instantáneamente a experiencias y sensaciones previas. La próxima vez que huelas algo, cierra los ojos. Inhala su fragancia con la boca abierta; es posible que hasta puedas percibir su sabor. Cuando respires su olor, ¿puedes sentir su textura? ¿De qué color podría ser? Si fuera música, ¿cómo sonaría?

Para aumentar tu sentido del tacto, frota un trozo de seda contra la parte interior de tu antebrazo manteniendo los ojos cerrados. Ahora frótalo contra tu frente, sobre el Tercer Ojo. ¿Lo sientes distinto en diferentes lugares? Experimenta con otras texturas tales como lana, papel de aluminio, un trozo de fruta o un pétalo de flor. Reúne impresiones. ¿Qué sonido se relaciona con esta textura? ¿Qué color, qué forma? ¿Qué olor? ¿Qué sabor?

Explora maneras de extender tu gozo a los cinco sentidos, pues estás a punto de embarcarte en el sexto. Cuando viajas consciente de tu niño interior descubrirás maneras de enfrentar el mundo con maravilla, apreciación y placer. Y esas son justamente las condiciones que alientan el contacto angélico. El expandir juguetonamente tus sentidos te ayudará a desarrollar la capacidad de comunicarte con la energía no física de los Ángeles.

Por separado se te darán diferentes Programaciones Angélicas que te enseñarán a alinearte con los Ángeles de un modo diferente cada una.

EL ÁNGEL DE LAS RELACIONES AMOROSAS

Las relaciones amorosas significan mucho más que el solo hecho de atraer el alma correcta para que sea nuestro compañero o compañera, y también significan más que encontrar la receta para vivir con otra persona sin tener ninguna clase de conflictos, pues los verdaderos vínculos incluyen a toda la familia planetaria. La piedra fundamental sobre la que se basan esta clase de relaciones es la responsabilidad, la habilidad para responder a las necesidades de otra persona sin minimizar la responsabilidad con la que él o ella tienen que cargar. Estas es la clave para establecer una relación correcta.

Esto nos dice que, si dos personas han de disfrutar de una relación, cualquier clase de relación – entre amigos, amantes, esposos, entre padres e hijos o entre personas que trabajan en el mismo lugar – ambas partes deben ser responsables. Y esta responsabilidad incluye la comprensión de lo que se refiere para establecer un buen vínculo y para responder plenamente a esas necesidades.

Además, esto debe hacerse sin violar la libre voluntad del otro y sin dejar pasar las ocasiones que puedan presentarse para que la otra persona pueda crecer, física, emocional, mental y espiritualmente. Debemos recordar que cada uno de nosotros viene al mundo con una tarea específica para su alma, y que, en la escuela de la vida, no debemos ocupar el lugar de otras personas, ni tratar de aprender las lecciones por él o por ella. Si, en su nombre, hacemos las pruebas que corresponden a otro, incurriremos en un engaño cósmico y sumaremos karma por los problemas que causemos.

La significación de la palabra “responsabilidad” es la cualidad de ser responsable sin entrometernos, para poder concentrarnos en dar lo que se necesita. Pero, en verdad, todo lo que tenemos para dar a cualquiera es el fruto de nuestra propia conciencia, lo cual significa que, una vez más, el punto de partida de cualquier relación correcta y amorosa es el individuo al que estás mirando en el espejo.

En primer lugar, no podemos amar auténticamente a otra persona si no nos amamos a nosotros mismos, y esta verdad está explicada y destacada en el Nuevo Testamento. En Marcos, 12:28-31, leemos: “Y acercase uno de los escriba que les había oído y, viendo que, les había respondido muy bien, le pregunto: “¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?”. Jesús le contestó: ‘El primero es: Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existen otros mandamientos mayores que estos”.

Jesús nos dijo que “nuestro Dios es el único Señor”, queriendo decir que la divina conciencia, el Yo Superior, es el único YO de cada individuo en este plano y más allá.

Después de establecer el principio de identidad universal, Jesús nos dijo que amemos a nuestro YO con todo lo que tenemos. Así, tenemos que amar, adorar, apreciar y cuidar a este magnífico Ser Superior que somos con todo nuestro corazón, nuestra alma, nuestra mente y nuestras fuerzas. Y como nuestra divina individualidad está reflejándose continuamente en nuestra personalidad y en nuestros cuerpos físicos, no debemos pasar por alto totalmente al “círculo”. Aunque no llegaremos a sentir hacia el yo que se manifiesta en el plano físico el mismo tipo de arrobamiento y de apasionada afección que sentimos por el Único Señor que mora en nosotros, deberíamos experimentar una profunda sensación de estima y aprobación y un fuerte sentimiento amistoso hacia la persona que somos en el mundo.

Esto también es Amor. Recuerda, sólo existe un faro de luz. Lo que llamamos la naturaleza inferior no es otra cosa que la Luz aún no realizada que se encuentra en el extremo inferior del espectro. Si el Amor puede transformar a las bestias más salvajes, también puede, con toda seguridad, ser capaz de domesticar al ego.

La tercera parte del más grande de los mandamientos es la de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Prójimo quiere decir “otra persona”, y como cualquier otra persona es una manifestación del mismo YO y del mismo espíritu YO SOY, el mandamiento, simplemente nos está diciendo que amemos a esa única Presencia que se espera en muchas formas, independientemente de cuál sea la máscara (es decir la persona) que esa Presencia esté vistiendo en este mundo.

Hay que comprender que lo que estamos viendo en los otros, y también lo que estamos recibiendo de ellos, es una proyección de lo que hay dentro de nosotros mismos, y que esto puede aplicarse a todo el espectro de nuestras relaciones.

La mayoría de las veces, se trata de pensamientos y sentimientos que han sido reprimidos. Pero toda energía debe ser expresada de alguna manera, y la energía reprimida se expresa por medio de la proyección, por ejemplo, al atribuir a cualquier otra persona ciertas características de nosotros mismos para poder experimentarlas a través del otro y poder, así aprender de esa experiencia.

Para ser más concreta, si tu dices que “nadie quiere comprometerse conmigo”, lo que realmente estás diciendo es que no quieres comprometerse contigo mismo, y quizás, esto se deba a que no te sientes valiosa o digna de ser estimada, y no crees que valga la pena comprometerse contigo. La raíz de esta minusvaloración podría muy ser alguna forma de culpa que se encuentre oculta en las profundidades de tu conciencia, una sensación de culpa por algunos errores del pasado por los cuales tu misma te has condenado y, por lo tanto, sientes que debes ser castigada.

Lo que estás proyectando sobre los otros es “No te acerques y no te intereses en mí, porque me he sentenciado a una vida de apartamiento de toda relación amorosa”. La otra persona se hace eco de tu proyección y actúa en consecuencia con lo que le estás diciendo.

Lo que oscurece nuestra conciencia de la presencia del amor en nosotros mismos y en nuestras relaciones es la culpa. Cuando dos personas continúan aprendiendo sus lecciones para lograr perdonar, su culpa decrece proporcionalmente: mientras menos culpa haya, mayor será el amor que podremos experimentar. Este es el amor que “crece” en el seno de una relación. En realidad, lo que ocurre es que la culpa decrece a través del perdón y esto permite el crecimiento del amor que siempre estuvo listo para crecer en nuestras mentes.

Nuestras relaciones, más que cualquier otra actividad de nuestra vida, son las que producen la mayor cantidad de efectos kármicos. Cada uno de nuestros pensamientos, palabras y obras, afectan de una u otra manera, el desarrollo de nuestras relaciones. Todo cuanto damos ha de volver a nosotros, de modo que el mandamiento de “amaos los unos a los otros”, es realmente una guía para vivir más armoniosamente a través de la aplicación correcta de la ley kármica. Al ser plenamente conscientes de que siempre cosechamos lo que sembramos, podremos comenzar a edificar una relación correcta – con pensamientos amorosos, palabras de aliento y acciones constructivas – tanto en nuestro hogar como en nuestro lugar de trabajo, y en todas partes en las que nos tengamos que desenvolver.

Uno de los más famosos principios herméticos nos dice que como es arriba es abajo. Esta es una Verdad Absoluta que nos lleva a tratar con la ley de las correspondencias y nos capacita para solucionar un problema yendo más arriba del nivel en donde parece estar nuestra dificultad. Podríamos decir: “Mi conciencia de mi Yo Divino como la fuente de mis relaciones amorosas es mi relación amorosa”. Tú sólo puedes tener lo que eres consciente de tener. Como es arriba es abajo.

Al aplicar este principio, estás pasando del efecto a la Causa, estás ingresando en el reino creativo de tu Espíritu, y dejando que las vibraciones de tu naturaleza superior sean el poder de atracción y armonía. Considéralo de esta forma: El lugar en donde estás experimentando la necesidad de una relación amorosa (o tratando de llevar armonía a una relación difícil) es el punto que representa el “abajo”. Exactamente por encima de este nivel se encuentra tu naturaleza pensante y sensible, la cual es el punto que representa el “arriba”.

En este nivel, estás proyectando una vibración de necesidad (de no tener) y quizás también alguna clase de fricción, un temor, una culpa o una sensación de minusvaloración. Como es arriba es abajo. Sin embargo, cuando asciendes al nivel superior de conciencia, te conectas con la Energía del Yo Superior, la cual se derrama a través de tu conciencia y se vuelca hacia el mundo fenoménico para crear el vínculo de armonía que has estado buscando. El nuevo “arriba” te ha de revelar un nuevo “abajo” y, de esta manera, demuestra la Verdad de esta antigua ley.

Y, cuando se trate de establecer una relación agradable, no olvides la frase que afirma que “ambas partes deben ser responsables”. Cuando tienes conciencia de tu Yo Superior, como fuente, causa y calidad de tus vinculaciones con los demás, el Yo Superior asume la total responsabilidad y se hace cargo de trabajar en y sobre todo aquello que te preocupa – para darte lo que necesitas.

Sólo existe una relación, y es la Relación con el Señor que mora en nosotros, y si podemos dejar de mirar “hacia fuera” en busca de soluciones y si dedicamos nuestro tiempo y atención al Magnífico Único que se manifiesta en nosotros, y si amamos a ese Yo con todo nuestro corazón y toda nuestra mente, nuestras vidas se verán completadas con el milagro de una relación.

Pregúntate a ti misma si no ha llegado el momento de dejar de poner trabas y límites a tu ser ilimitado. Pregúntate también si no es tiempo de eliminar todas las condiciones que le estás imponiendo a la gran conciencia incondicionada de tu Sagrado Yo. Independientemente de cuán lejos hayas llegado en el camino espiritual, sabes, intuitivamente, que la solución de todos los problemas está dentro tuyo, lo que significa que tu vida y tu mundo pueden ser curados y armonizados por el Señor y Yo Superior que tú en verdad eres.

Como un ego temeroso y frustrado, puedes dedicarte a psicoanalizar cada problema que se presenta en tus relaciones hasta que te encuentres caída en medio de un montón de basura. Y durante todo ese tiempo, tu sonriente, amoroso, alegre y omnisapiente Yo Cósmico está esperando para “hacer todo de nuevo” en tu vida. Todo lo que necesitas para poner manos a la obra es tu voluntad de rechazar las proyecciones del ego, de trabajar con la ley de Causa y Efecto, haciendo el bien, sin mirar a quién y tu conciencia de tu Presencia y tu reconocimiento de que esa es la única relación.

Con tu compromiso de desprenderte del temor y de la culpa y con tu comprensión de la ley, unido a tu conciencia y a tu reconocimiento, estarás edificando una conciencia como la que has deseado. Muy pronto, el vínculo de inocencia y armonía, entre tu y “esa persona”, estará firmemente establecido. Y no importa si en este momento conoces, o no, el nombre de “esa persona”, pues el Espíritu estará libre para desarrollar la actividad que le permitirá atraerla y tomar la decisión correcta. No sólo te llevará a establecer vínculos con todas las relaciones correctas, sino que también te ayudará a liberarte de aquellas que ya no pertenecen a tu vida.

Invocando al Ángel de las Relaciones Amorosas, esta energía viviente y consciente libera una vibración especial que nos condiciona para hacer, intuitivamente, una correcta elección de nuestras relaciones personales, incluso en caso de aquellas que nos llevan al noviazgo y al matrimonio. Sin embargo, no se limita sólo a los asuntos del corazón. Es un centro de poder que, constantemente, nos está recordando la responsabilidad que viene aparejada con el ejercicio de nuestra libre voluntad en la elección de cualquier clase de vínculo emocional. Si esta energía se encuentra bloqueada por nuestros propios sentimientos de culpa, de temor, de rechazo o por un bajo sentido de nuestro valor, nuestra habilidad para discernir correctamente se ve por completo oscurecida y la consecuencia es la elección equivocada de nuestras relaciones, lo que nos llevará a un amor no correspondido y a experimentar problemas sexuales.

El Ángel de las Relaciones Amorosas es representado por Géminis, la poderosa fuerza que un día habrá de crear la unidad de todo el planeta. Esta energía es una fuerza de unión que vincula y muestra las relaciones, las relaciones entre el ritmo y la forma, entre el yo y la sustancia, y entre el yo y sus vecinos y parientes. En este símbolo de la sabiduría divina está implícito el propósito del amor divino. Amor y sabiduría son una pareja que no puede ser separada, y es en esta polaridad que vemos cómo se manifiesta la luz arquetípica de Cristo.

Finalidad:
Asegurar que elijamos correctamente nuestras relaciones; es la energía primaria que impulsa el noviazgo y el matrimonio.

Rasgos negativos que pueden presentarse a partir de las proyecciones del ego: malas decisiones y elecciones equivocadas en el ámbito de nuestras relaciones; amor no correspondido; problemas sexuales.

Su energía resulta bloqueada debido a: la sensación de que uno “no vale nada”; la culpa y la creencia de que es necesario ser castigados por los errores del pasado; el miedo a ser rechazado.

PROGRAMACIÓN ANGÉLICA Nº. 9
Liberación por el Agua

Algunos pensamos mejor en la ducha. El siguiente ejercicio te permite obtener claridad y limpieza en el cuerpo físico, el mental y el emocional.

Si no puedes recurrir a una verdadera ducha, puedes hacer esta liberación como visualización. Descubrirás que es sumamente efectiva para trabajar con sensaciones de ambivalencia, indecisión, pereza, postergaciones, y falta de concentración. Pero puedes lavar también cualquier otro problema.

1) Ponte de pie, con la cabeza bajo la ducha, de modo que el agua te rodee por todas partes.
2) Señala el problema del que quieres liberarte y experiméntalo dentro de ti. Siéntelo a tu alrededor, en el campo de energía que rodea tu cuerpo.
3) Mientras el agua cae a tu alrededor, siente cómo se lleva lo que deseas liberar. Usa las manos para escurrir el problema e imagina que se va por el desagüe.
4) Recuerda agradecer al problema las lecciones que te ha enseñado y a los Ángeles del agua el haber ayudado a limpiar tu ser.
5) Disfruta del resto de la ducha

Hay quienes utilizan este ejercicio todas las mañanas cuando se duchan, con el fin de preparase para la jornada. El mismo ayuda a enfrentar con armonía el trabajo que se tiene por delante, aún si la noche anterior se estuvo de fiesta y se acostó tarde.
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EL AMOR COMO META.-

CURSO DE ANGELES

EL AMOR COMO META
Dictado por su Creadora ALEXIS MUETTERKEN
Publicado por Maria Elena Syro P


El objetivo de la larga enseñanza por parte de las criaturas angélicas es el de conseguir en el hombre una profunda transformación interior. Este resultado, sin embargo, será muy lento, gradual. Muchos siglos han de transcurrir en la búsqueda de los individuos listos para su elevación. Y desde hace ya muchos siglos esta búsqueda se ha iniciado desde lo alto y poco a poco cada vez más seres humanos estarán elegidos o implicados.
La criatura angélica que llevó los mensajes a Hodson, narra las etapas del viaje del hombre: de la indiferencia hacia sus semejantes hasta el desarrollo de la llama interior, del amor hacia todas las criaturas que lo despierta, lo hace arder desde el interior, lo transforma hasta hacer de Él una presencia divina que camina sobre la Tierra.
Es un mensaje de esperanza, es una exhortación perentoria: “¡Despertad!”, grita el Ángel y Hodson recoge fielmente sus palabras.
Es un texto extenso pero es de tal intensidad y belleza que sería una lástima no transcribirlo, sería privarte de la emoción que puede dar el conocer estas palabras. Léelo y reléelo, deja que la grandiosidad de este mensaje llegue a tu corazón:
“Vendrá un tiempo, en la larga serie de las muchas vidas del hombre, en el que el amor tomará el mando. Cuando el hombre se rinda a su poder, el amor inundará su ser, llenará su corazón, penetrará en los escondites de su alma. De ese modo, lleno de amor, iluminado, inundado, verá el dolor y el sufrimiento del mundo, oirá el grito de cada alma que sufre.
“Las lágrimas de dolor caerán sobre su corazón y arderán como gotas de llama líquida”.
“El dolor de los pájaros, de los animales, de los peces del mar encontrará cabida en las puertas del corazón. Sentirá sus agonías mientras se mueren masacrados por manos que no conocen amor.
“Viendo todo esto, sintiéndolo profundamente en su alma, se levantará para intentar salvarlos y descubrirá que es impotente, que no puede parar la mano de la crueldad, que no puede sanar las heridas abiertas.
“Descubrirá que no tiene ni el conocimiento ni la facultad d eliminar la agonía de los hombres y de los animales, agonía que lacera su corazón.
“Entonces, consciente de su propia impotencia decidirá obtener el Conocimiento y el Poder.
“De ese modo Él buscará el sendero y, una vez encontrado, empezará a andar por Él. Si alguna vez tuviera vacilaciones, el amor le conducirá. Si por debilidad se volviera atrás, el amor le parará los pasos.
“Si se perdiera a lo largo de los placenteros caminos transversales de la ilusión y de la intemperancia, el amor hará que vuelva atrás.
“Si con argumentos huecos y teorías sin vida, los filósofos le ordenaran parase, si cerrara su oídos a los gritos del dolor, el amor tocará su poderosa trompa, haciendo desaparecer las teorías y las filosofías, quemará en Él con tal ardor que ya no podrá quedarse quieto.
“Si caminando se ilusionara con los sueños, el amor despertará su alma, despedazará sus sueños, pidiéndole acción.
“Si tuviera que tropezar, el amor le sostendrá. El amor le sonreirá a casa paso, ahondando cada vez más en su corazón.
“En el sendero, descubrirá pronto que al lado del amor andan Conocimiento y Poder. Tiende la mano para ayudar a sus semejantes y ve como se curan sus heridas.
“Lleno de esta nueva alegría sigue su viaje. Y el amor hablará a su corazón diciéndole: “Conocimiento y Poder deben estar unidos dentro de ti, antes de que tu puedas sanar los dolores del mundo.
“Así, el amor le pone entre las manos el estandarte que debe llevar y escribe en él el nombre de Dios.
“Los hombres lo ven mientras recorre el camino, le ven el estandarte entre las manos, pero al reforzarse por leer su nombre, ven solamente “Poder-Conocimiento-Amor”.
“No pueden leer el nombre de Dios, ven solamente la armadura, la espada y el escudo que Dios concede al hijo que va en viaje hacia Casa.
“Armado y equipado de esta manera, atraviesa el puente; encuentra la fuente del conocimiento, del poder y del amor, de esos se sacia y reconoce que es un ser divino.
“Así, ahora que ha tomado conciencia, vuelve para sanar el mundo que ha dejado detrás de sí. No hay dolor que no responda a la magia de su toque y no hay sed que no pueda ser aliviada con su poder. No hay mal que su conciencia no pueda disipar, no hay forma de vida, por elevada o modesta que sea, en la que no se puede ver a sí mismo.
“Sana por medio de la identificación. Elimina el dolor puesto que es el Ser del dolor, puesto que el dolor es el lado oscuro de la alegría.
“Dejando el mundo de los hombres, se convierte en su redentor, éste es el premio, ésta es la meta. Para esto comenzó a recorrer el sendero.
“En el acto de la redención experimenta el máximo de alegría, la alegría del amor completamente manifestado.
“Vosotros, lectores, ¿no habéis sentido en vuestro corazón el dolor del mundo? ?El grito de sus sufrimientos os ha dolido en vuestro corazón o al contrario dormís aún?
“Podéis dormir aún un poco, pero vendrá el tiempo en el que el amor os tomará de la mano y posará vuestros pies sobre el Sendero. Por esto he venido a hablar en nombre de vuestro angélico Ser, a intentar mostrarnos la Vía, a hablaros de su magnificencia, de la gloria todavía por revelar.”
No hay comentarios que pueda añadir a estas líneas. Si el amor hacia nuestros semejantes toca profundamente nuestro corazón, estamos en el camino justo. Si el deseo de llevar ayuda es fuerte dentro de nosotros, desde lo Alto han individualizado y predispondrán los caminos para que nuestros pasos no se pierdan en la selva de las ilusiones terrenas…
Este es el último fin para el que hemos sido instruidos, para ponernos en disposición de dar el salto, de pasar del estado de humanidad “en sueño” al de humanidad “en camino”.

EL ARCÁNGEL REMIEL

En los documentos más antiguos es conocido como “MISERICORDIA DE DIOS”. Este nombre lo identifica como el “Señor de las Almas que esperan la Resurrección”. Es el “Señalado por Dios” para conducir las almas al Juicio Final.
Ciertamente, debería saber acerca de tales cuestiones del alma, pues es claramente mencionado en los escritos de Enoc como conductor de los apostatas y uno de los Ángeles caídos.
Simultáneamente aparece como uno de los siete Arcángeles que se alzan ante Dios. Según Enoc, esta jerarquía era “responsable de la difusión de las doctrinas de los Siete Arcángeles”.
Se dice que en los comienzos de su carrera fue Él, y no Miguel, el Ángel que destruyó al ejército de Senaquerib. Como es el Ángel que manda sobre las visiones verdaderas y fue a través de la “visión verdadera” de Baruc que Remiel se manifiesta como el vencedor de Senaquerib, resulta indudable que parece tener una desventaja desleal sobre Miguel en la atribución de la hazaña.
Se dice que en este combate venció a Nisroc, “la gran Águila”, quien fue mandatario del orden de los Principados hasta su derrota como adalid de los asirios.

EL ARCÁNGEL METATRÓN

Según los místicos judíos, llegó a detentar el rango del más alto de los Ángeles, pese a no estar mencionado en las escrituras. Sin dudas, Metatrón tiene abundantes títulos que son defendidos por los rabinos, si bien como Ángel cristiano es más enigmático que la mayoría de ellos. El significado de su nombre nunca ha recibido una explicación satisfactoria, aunque una interpretación es: “EL QUE OCUPA EL TRONO VECINO AL TRONO DIVINO”.
En ésta y muchas otras ocasiones ocupa el territorio habitualmente reclamado por los demás Arcángeles, en particular por Miguel, con quien más se identifica.
En términos de antigüedad, Metatrón es, en realidad, el más joven de la hueste celestial. En una versión de su historia, Metatrón fue en un tiempo el patriarca Enoc, quien se convirtió en un Ángel flameante, dotado con 36 alas (6 x 6) e innumerables ojos. Esto sólo le haría unos 8.500 años más viejo, lo cual, si bien resulta sin duda impresionante si nos atenemos a los criterios mortales, apenas se corresponde con la escala angélica ciñéndonos a la creencia de que los Ángeles fueron creados al mismo tiempo que el Universo, quince mil millones de años atrás.
En ciertas escuelas del misticismo, Metatrón, al que se considera el más alto de los seres celestes, llegó a recibir el nombre de YHWH Menor. En hebreo, las letras YHWH representan el nombre más sagrado e impronunciable de Dios.
Enoc fue elegido por el Señor como escritor de la verdad, el más grande escriba de la tierra, por lo que no resulta sorprendente que en ese salto a la forma angélica, como Metatrón, le acompañasen sus anteriores facultades. Por ello Metatrón es conocido como el escriba celestial, que registra todo cuanto sucede en los archivos etéreos.

TRANSFORMACIÓN ENTRE LOS ÁNGELES

Según ciertas fuentes, han observado que últimamente se están produciendo profundos cambios en los reinos angélicos. Parece ser que esta reorganización corresponde a la relación de ciertos Ángeles que trabajan con nuestro mundo, lo cual se debería al cambio de nuestra conciencia colectiva, la que permite un mayor acercamiento hacia nosotros.
Por ejemplo, existen cuatro Ángeles súper lumínicos mayores que se ocupan de la vida humana sobre la Tierra, los que son Gabriel, Miguel, Rafael y Uriel. La forma en la que trabajan para nosotros ya no es la misma de tiempos pasados. Miguel, por ejemplo, era siempre visto con una espada amputando el mal. Pero como estamos dominando la dualidad, Miguel ya no necesita hacer eso. Sus funciones han variado y ahora es el Custodio de la Paz.
A Gabriel se le ha visto siempre como el Ángel de la Revelación, pero como ahora estamos más cerca de los Ángeles, cambia la naturaleza de la revelación. Ya no es necesario que se nos revelen cosas que podemos captar de otras maneras. Por eso Gabriel está adoptando funciones diferentes; experimenta cambios en la descripción de su trabajo y se va convirtiendo, simplemente, en el Ángel de las Relaciones.
Actualmente, aunque superficialmente no lo parezca, estamos viviendo más en Armonía con Todo Lo Que Es.
Tal como ya dije antes, como todos los seres celestiales son a un tiempo masculinos y femeninos, de modo que se puede utilizar una versión femenina de Uriel, Gabriel, Rafael y Miguel, si lo prefieres.
Descontando la aparición ocasional de algún raro individuo esclarecido, los seres angélicos más elevados se mantienen apartados de la experiencia humana. David Spangler, uno de los fundadores de la comunidad de Findhorn, ha observado que, si los Ángeles trabajan con individuos y grupos pequeños, parecen tener una cualidad humana y, por cierto, toman aspecto humano de vez en cuando, pero los Ángeles que se ocupan de grupos más numerosos pueden parecer, desde nuestra perspectiva, bastante impersonales.
El surgimiento en nuestro cuerpo de un chakra nuevo, el chakra del timo nos brinda un vínculo energético de persona a persona, por primera vez. Este vínculo y la gradual evolución de la conciencia grupal, nos permiten conectarnos con estos seres de una nueva manera. Podemos haber sido tan ciegos a su presencia, como en otros tiempos a la existencia de virus y bacterias, pero cuando nos reunimos en grupos, generamos una energía y conciencia suficiente para atraer a hordas de Arcángeles.
¿Por qué queremos atraerlos? ¿Es alguna forma de evitar nuestras responsabilidades? ¿O podría ser que ellos fueran la energía transformadora que todos pedimos en nuestras oraciones, aquellos cuyos profundos conocimientos sobre las transformaciones planetarias nos permitirán efectuar los grandes cambios con gracia y elegancia?
Cuando se abran a los Arcángeles grupos de médicos, por ejemplo, podrán recibir información sobre curaciones que alterarán radicalmente nuestro modo de cuidarnos.
Las asambleas de científicos que se abran a sus ángeles recibirán información mucho más avanzada que la que podrían conseguir construyendo telescopios multimillonarios o aceleradores de partículas.
Los ambientalistas y expertos en ecología recibirán información que permita limpiar los desperdicios tóxicos y crear fuentes de energía alternativa que nadie ha imaginado aún.
Los políticos que se reúnen en grupos, invocando a los Ángeles, obtendrás esclarecimiento e información para resolver los grandes problemas de nuestra época.
Ya estés luchando con problemas familiares o de trabajo, de tu comunidad o del gobierno, cuando trabajes con los Arcángeles elevas el plano en el que funcionas y profundizas la trama energética que te conecta a aquellos con quienes trabajas.

EL ÁNGEL DE LA APERTURA

Una mano abierta puede contener agua, pero una mano cerrada no. Cuando estamos abiertos, el amor puede penetrarnos, pero cuando nos cerramos sólo queda lugar para la tristeza.
Un Ángel una vez me dijo que el pecado de Adán fue cerrarse a Dios. Adán cayó cuando cerró su corazón.
Si hubiera seguido abierto, todavía viviríamos en el paraíso.
Cerrarse es quedarse en las limitaciones del ego, mientras que abrirse es dejarse penetrar por el gozo infinito de Dios.
Cuando nos abrimos, permitimos que la vida fluya a través nuestro. Cuando nos cerramos, estamos haciéndole el juego a la muerte.
Te propongo que:
Te puedas preparar para esta meditación mediante un buen baño y poniéndote ropas limpias.
Puedes encender una vela y quemar incienso.
Vacía tu mente de todo lo que creas te autolimita e imagínate rodeado de una luz suave y cálida.
Siente como todo tu ser absorbe esta luz y se funde con ella.
En el extremo de esta luz está el Ángel de la Apertura. Ábrete a Él e invítale a que entre a tu vida y que el gozo infinito de Dios te llene.
Ábrete y déjate penetrar por la sensación de paz, luz y limpieza que se desprende de Él.

La Presencia YO SOY

Trata de registrar lo que está sucediendo en tu interior o exterior; ahora sabemos que podemos crear nuestra realidad y modificarla a cada momento.
Vamos a invocar, con la asistencia del Ángel de la Presencia a nuestra amorosa Presencia Mágica, que habita en el interior de nuestro corazón.
Se visualiza como un foco de luz dorado rosado, que contiene amor, sabiduría y poder.
Luego de purificar nuestros cuerpos podemos registrar seta dulce, eterna presencia, que está directamente conectada con la esencia de nuestro ser.
Conoce el propósito de nuestra existencia y el camino correcto a seguir.
Una vez que la hayas conectado, pídele que siempre puedas irradiar tu luz a los demás, que puedas consolar con tu amor a los que necesitan decir las palabras más sabias, poder concretar las acciones brillantemente.
Siendo el puente perfecto y el canal verdadero para todos los reinos de la creación.
por Alexis Muetterken