Nuestro ángel custodio se merece
verdaderamente todo nuestro reconocimiento, de la misma forma que se la
merecería un buen amigo en quien confiamos y que siempre está dispuesto a
asistirnos con amor y comprensión.
Por lo tanto, es importante darle las gracias por el trabajo paciente que realiza cada día con nosotros.
Dar las gracias al ángel custodio
significa, sobre todo, tener fe en su presencia y recordar que no
estamos nunca solos, porque cerca de nosotros siempre hay alguien que
tiene cuidado de nuestro cuerpo y de nuestro espíritu, y que no desea
nada más que nuestro bien.
Significa hacerle un hueco en nuestros
pensamientos, dirigirnos a él con devoción e invocarlo cuando
necesitemos que nos ayude; no dejar nunca que los problemas y la desazón
nos agobie, sea lo que sea lo que nos suceda, porque sabemos que, si es
lo que pedimos, el ángel nos ayudara a encontrar la fuerza para
continuar y para reconquistar nuestra paz interior.
Pero expresar nuestro agradecimiento al
ángel, más allá de las formulas que utilicemos, significa sobre todo
demostrarle que escuchamos sus consejos, y la mejor forma para hacerlo
consiste en cambiar nuestra conducta y nuestros esquemas de vida. Dejar
de lado el egoísmo, aprender a respetar a los demás y sus exigencias,
aceptar que los demás pueden tener ideas diferentes a las nuestras y
permitirles expresarse sin condiciones, representa un paso hacia delante
en la comprensión universal y también significa empezar a poner en
práctica las sugerencias del ángel.
No despreciarlo por descuido o falta de
atención, abrir nuestro corazón a los pensamientos y a los sentimientos
que consigue enseñarnos, no ofenderlo con acciones y comportamientos
indignos, ayudarle a cuidarnos cuidándonos a nosotros mismos y también a
los demás.
Nuestro ángel custodio no desea nada mas, y esto es lo que podemos hacer para darle las gracias.
Tomado del libro El Ángel Custodio de SURABHI E. GUASTALLA...