ÁNGELES DE NAVIDAD
Los ángeles desempeñan un importante papel en la historia de la navidad. El ángel Gabriel anuncia a María el nacimiento de un hijo: un ángel transmite a los pastores la Buena Nueva: "Hoy les ha nacido en el pueblo de David un salvador, que es el Mesías, el Señor", y un ejército de ángeles entona la canción de navidad: ¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra entre los hombres que gozan de su favor!; un ángel se aparece siempre en sueños a José y le explica lo que sucede y cómo debe reaccionar ante ello. Por todo esto, no podemos concebir las imágenes de navidad sin ángeles.
Los ángeles anuncian a las personas la Palabra de Dios y les muestran de qué manera la cercanía de Dios puede ayudarlas y sanarlas, ellos intervienen en su vida, las protegen contra los peligros, las cuidan en sus caminos y hablan con ella en sueños. Los ángeles acercan el cielo a la tierra y dan a nuestra vida un brillo celestial.
Cuando el ángel del Señor se acerca a los pastores, éstos quedan rodeados por el brillo de la luz de Dios. La gloria de Dios los circunda y su vida adquiere luz y sanación. Pero, en el evangelio de Lucas, los ángeles no son los niños lindos con alas, pues la reacción de los pastores es de miedo, de pavor y consternación. Los pastores perciben en el ángel la presencia brillante de Dios, pero también su poder. No obstante el ángel les quita el miedo y les anuncia una gran alegría. Aquí aparece otro rasgo importante de los ángeles: ellos son mensajeros de la alegría, nos traen un poco de felicidad a nuestro triste vivir, y esta felicidad tiene su fuente en la cercanía curativa de Dios.
Junto al poderoso ángel de la anunciación aparecen muchos otros ángeles en el cielo, que alaban a Dios. Los ángeles unen el cielo con la tierra y suprimen la frontera que nos separa, aquí en la tierra, de la gloria celestial. Los ángeles realizan el servicio litúrgico en el cielo y alaban todo el tiempo a Dios. Cuando celebramos la eucaristía, se abre el cielo también para nosotros y participamos en la liturgia celestial.
El arte ha representado al ejército celestial que alaba a Dios como un grupo de ángeles infantiles que cantan de todo corazón y tocan toda clase de instrumentos. Los cuadros de navidad que representan ángeles tienen un toque de liviandad, de alegría, de ganas de vivir, el arte ha expresado así un aspecto importante de los ángeles: ellos nos abren el cielo y retiran la pesadez de la tierra. Nos dejan participar en la liviandad del ser y nos transmiten ganas de vivir; nos comunican la alegría infantil de saber que podemos estar ante Dios y alabarlo; expresan seguridad respecto al ser y respecto al hecho de que nuestra vida se llenará de luz y sanará a través de Dios.
Con Amor a mi Niño Jesús
