"Yo soy el Cristo luminoso que cada mañana alumbra la vida. Te recordaré tus deberes para conmigo y te entregaré tus derechos. Tú y yo somos la misma cosa; el mismo latido cósmico que vibra en la melodía armónica de la existencia.
"Yo soy la Idea; vosotros mi expresión. Si amáis, amo yo en vosotros y todo crece; si odiáis, odio yo en vosotros y mermamos los dos.
"Sed uno conmigo y así el edificio cósmico se fortalecerá en justicia, paz y amor."
v Recoge mi fuego y vivifícalo en tu corazón para transformar a cada instante lo imperfecto.
v La voluntad es necesariamente el edificio que sostiene la fe. Sé voluntarioso y no decaigas en la conquista del espíritu.
v Escapa de los honores y de los halagos pues es una trampa de la que no se puede escapar.
v La creación, a pesar de todo, no gira en torno a ti. Destruye el ego y ponte a servir en silencio.
v El sometimiento a un dictador que anula la libertad armónica del individuo, no es un buen modelo. Rompe las cadenas y hazte libre.
v No seas generoso para reafirmarte en la virtud y cantarte alabanzas: "Que tu mano derecha no sepa lo que hace tu izquierda".
v Los pensamientos pueden tener dos caminos. Utiliza siempre el de la positividad y generarás tu propio milagro, pues se termina siendo lo que mentalmente se elaboró.
v No se puede ignorar la propia viga cuando se observa la paja en el ojo ajeno.
v Amar es perdonar y comprender las limitaciones de los otros, pero no someterse ni justificarlas.
v No busques el poder y recuerda mis palabras: "El primero de vosotros será el que parezca el último; el que más haya sufrido".
v El mal carácter o el temperamento no son propios del ser evolucionado sino del primitivo comportamiento animal. Sé afable y dulce.
v El orgullo es el muro más impenetrable que el hombre puede levantar contra si mismo y contra los demás. De nuevo te recuerdo: "Quien se humilla se ensalza".
v Ser hijo del sol implica reconocerse integrado en una estirpe que produce aristocracia espiritual. No sólo se debe estar, también hay que saber ser.
v A mi semejanza, hijo mío, cada elemento irradia a su alrededor. Tu universo próximo es el que tú mismo generas. Procura que siempre sea armónico.
v Así como el león es el monarca valiente, generoso e indomable; tú lo serás en el mundo del espíritu.
v Puede haber tormentas y terremotos, catástrofes y revoluciones. Todo puede ponerse en tu contra, pero jamás cambiarás la ética de tu espíritu iluminado.
v Educa tu cuerpo para ser uno con la pujante y potente naturaleza, pues de la tierra naciste y a ella regresarás.Issa.-Angeles de Luz