"Yo soy el Cristo luminoso que cada mañana alumbra la vida. Te recordaré tus deberes para conmigo y te entregaré tus derechos. Tú y yo somos la misma cosa; el mismo latido cósmico que vibra en la melodía armónica de la existencia.
"Yo soy la Idea; vosotros mi expresión. Si amáis, amo yo en vosotros y todo crece; si odiáis, odio yo en vosotros y mermamos los dos.
"Sed uno conmigo y así el edificio cósmico se fortalecerá en justicia, paz y amor."
PISCIS:
v La caridad no es dar objetos o monedas, es darse a si mismo sin reservas ni limitaciones.
v Recuerda mis mandatos: "Da de comer al hambriento y de beber al sediento. No tengas tú más de lo que necesites si a tu lado existen privaciones".
v El dolor que tú crees insuperable y que te somete, siempre lo encontrarás en otros seres humanos. La autocompasión no edifica nada.
v Los placeres mundanos te alegrarán los sentidos, pero te oscurecerán el alma haciéndote prisionero de los vicios.
v Cuando cometas errores no te lamentes ni entres en la inoperancia. Constata tu falta y corrígete para la próxima.
v Si quieres ser uno conmigo, coge tu cruz y camina con una sonrisa de esperanza.
v Tu último paso será vencer a la muerte y concebir la transformación dentro de la eternidad donde vives y a la que perteneces.
v Mantén el rumbo fuerte y no te sometas a las influencias disuasorias que la vida te propondrá.
v El amor es la eterna aventura del constante descubrimiento. ¡Ama!.
v No des todo tu pan para remediar el hambre del vecino, pues puedes morirte tú al no comer nada. Hay que dar con cordura.
v Cada tristeza siempre tiene un resorte de alegría y cada alegría uno de tristeza.
v Haz crecer tu sol interno y expande la luz a todo rincón de tu planeta. ¡Jamás caminas solo!
v El sufrimiento aceptado conscientemente, y la renuncia asumida en el camino de la realización, son las fuerzas más poderosas que redimen a la humanidad. Yo muero cada instante en la cruz, si cada día se mata en tu planeta.
"...Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis."
(S.Mateo, 6,5‑8).-Gracias Issa